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Según consta en la investigación, el jefe de la red corrupta, Francisco Correa, reconoció ante el juez Garzón que fue el yerno de Aznar, Alejandro Agag, quien medió para que Álvaro Pérez, El Bigotes, llevara los actos del ex presidente del Gobierno.
Al menos eso es lo que afirmó el propio Correa en su declaración ante el Juez Garzón. El presunto cabecilla de la trama explicó que mantenía una estrecha relación de amistad con El Bigotes, al igual que con Alejandro Agag, aunque aclaró que hacía 6 años que no trataba con el yerno del ex presidente del Gobierno.
Sin embargo, fruto de esas relaciones, Agag le propuso a Correa que fuera Álvaro Pérez el que llevara los actos de Aznar. Siempre según la versión de Correa, cuando Álvaro Pérez se hizo con el cargo, Ana Botella se enamoró de él, en el buen sentido de la palabra, y tuvo un éxito tremendo.
Según consta en la investigación, el jefe de la red corrupta, Francisco Correa, reconoció ante el juez Garzón que fue el yerno de Aznar, Alejandro Agag, quien medió para que Álvaro Pérez, El Bigotes, llevara los actos del ex presidente del Gobierno.
Al menos eso es lo que afirmó el propio Correa en su declaración ante el Juez Garzón. El presunto cabecilla de la trama explicó que mantenía una estrecha relación de amistad con El Bigotes, al igual que con Alejandro Agag, aunque aclaró que hacía 6 años que no trataba con el yerno del ex presidente del Gobierno.
Sin embargo, fruto de esas relaciones, Agag le propuso a Correa que fuera Álvaro Pérez el que llevara los actos de Aznar. Siempre según la versión de Correa, cuando Álvaro Pérez se hizo con el cargo, Ana Botella se enamoró de él, en el buen sentido de la palabra, y tuvo un éxito tremendo.
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