
LAS PROVINCIAS 13-03-2008
Juan Soler ya es historia del Valencia. El constructor puso ayer fin a sus tres años, cinco meses y siete días como presidente del club, aunque seguirá desempeñando un importante papel en el día a día de la entidad, pues de momento conserva su condición de máximo accionista.
Pese a que ya maduraba su decisión desde hace varias semanas, Soler deshojó la margarita el martes por la noche, tras consultar con su familia. Ayer por la mañana convocó a los consejeros para una reunión extraordinaria en la que, sobre el papel, se hablaría de la venta de entradas para el partido frente al Barça. Sólo a mediodía confesó a los allegados que había decidido arrojar la toalla.
En su despedida, Juan Soler articuló un discurso donde no quedó hueco a la improvisación. Cada una de sus palabras estaba medida. Regaló piropos a ex empleados entre los que no estaban Subirats, Ranieri o Eduardo Maciá. Mandó dardos a ex presidentes que le han atacado -léase Jaime Ortí o Pedro Cortés-, ex directivos críticos -Vicente Soriano- y personas que no admiten que el Valencia es el primer club de la Comunitat, en clara alusión a Fernando Roig.
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